Un vino tan particular como es el de crianza biológica necesitaba un packaging único. La etiqueta de color naranjo intenso y cortante irregular capta la atención y transmite un sin numero de sensaciones. Sin dudas la botella debía ser distintiva y no utilizada en la categoría para darle mayor personalidad. Finalmente el cierre de lacre hace que el packaging transmita mística, magia e historia.